La artritis reumatoidea es una enfermedad autoinmune, una de las más comunes en niños desde los seis meses hasta los 16 años que afecta diversas partes del cuerpo. Produce inflamación articular crónica. Aunque aún no se sabe sus causas se cree que existen factores biológicos para que prevalezca la inflamación de manera crónica.

La prevalencia es de 10 a 20 casos por 100.000 niños. La artritis poliarticular afecta más a niñas mientras que la sistémica más a los niños; más adelante explicaremos cuáles son los tipos de artritis reumatoidea.

¿Cuáles son los tipos más comunes?

Los tres tipos más comunes son:

  • Artritis reumatoidea pauciarticular
  • Poliarticular
  • De origen sistémico.

La AR (Artritis reumatoidea) poliarticular afecta cuatro o menos articulaciones, es la más común entre las tres; tiende a presentarse a los dos años aproximadamente; las articulaciones más afectadas son rodilla, tobillo y codos, tiende a ser unilateral. La AR poliarticular afecta a cinco o más articulaciones, normalmente afecta articulaciones pequeñas en manos o pies y es simétrica.

La AR de origen sistémico es la menos común; se asocia a fiebre elevada, erupción cutánea, mácula papular, artritis y rigidez difusa; el pronóstico de este tipo es reservada por las múltiples complicaciones intra y extra articulares. El tratamiento debe ser llevado por un equipo transdisciplinario ya que requiere el apoyo de un pediatra, oftalmólogo, ortopedista, fisioterapeuta, trabajador social y la familia con una adecuada educación sobre cómo mejorar la vida de los niños.

Recomendaciones

  • Debido a que la enfermedad se asocia con el riesgo de osteopenia (leve descalcificación) debe ser una dieta rica en calcio.
  • Debido al dolor los niños limitan su movimiento especialmente en el curso de educación física por lo cual se recomiendan ejercicios de bajo impacto como natación, estiramientos y ejercicios activos libres para tratar de mantener a los niños lo más activos posibles, se recomienda en todos excepto en los de origen sistémico.
  • El tratamiento farmacológico constará de analgésicos y anti inflamatorios no esteroideos.

Finalmente podemos decir que esta enfermedad autoinmune si bien no tiene cura, tiene muchas opciones para mejorar la calidad de vida de los niños que la padecen, es de vital importancia que la familia esté informada sobre la enfermedad y sepa cómo afrontarla con ayuda del equipo de profesionales, no dude en consultarlos.